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Nuestras mascotas también envejecen
Nuestras mascotas también envejecen
Su vida es aparentemente más corta que la del ser humano. Sin embargo hay que tener en cuenta que un carnívoro es precozmente autosuficiente y pasa en corto tiempo de cachorro a adulto. Hay muchas ideas erróneas al establecer un paralelo entre ambas vidas, un concepto muy popular y simplista es: “La edad del carnívoro (caninos y felinos) corresponde a la edad de un humano multiplicada por siete”. Al año de edad la mayoría de carnívoros ya son adultos y generalmente adquieren madurez física y/o sexual (no desarrollan más), mal pueden compararse con ¡un niño de 7 años!, los felinos suelen ser más longevos que los caninos. Se debe considerar todo lo expuesto como datos aproximados pues estamos hablando de material animal heterogéneo en cuanto a tipos, tamaños y características peculiares de una raza que la hace disímil de otra. Por ello no se puede estandarizar el factor edad en todas las razas y solo como una regla muy variable: las razas pequeñas pueden llegar a la edad de 15 años, las grandes 12 años y en gigantes los signos de envejecimiento suelen aparecer hacia los 7-8 años de vida. Estos no son “topes” inamovibles pues muchos elementos (régimen de vida, alteraciones en la salud, cuidados, consanguinidad, etc.) pueden variar los conceptos pre concebidos sobre la duración de cada individuo. En carnívoros (la naturaleza no los hizo vegetarianos) el metabolismo de las proteínas de origen animal demanda una singular exigencia a la función de los riñones, por ello y con el devenir de los años y ciertas afecciones crónicas que actúan silenciosamente, se puede llegar a la insuficiencia renal por envejecimiento y degeneración renal irreversible, no estamos generalizando sino mencionando una mayor probabilidad del deterioro de estos órganos. En este caso específico el individuo muchas veces actúa de manera compensatoria evitando una crisis del sistema mediante una depuración natural instintiva: Tomando más agua (la cual no le debe faltar) y orinando en mayor cantidad. Existe usualmente en simultaneidad un proceso de envejecimiento y lesión cardiaca, estableciéndose un binomio de enfermedad cario-renal. El dueño de un animal viejo o prematuramente envejecido y estando en contacto diario con él, es el primero en notar desde cambios en su comportamiento hasta signos manifiestos de enfermedad; esto comprende una amplia gama de signos apreciables: cansancio, apatía, inapetencia, adelgazamiento progresivo, pérdida de masa muscular, deshidratación, postración, malestar de localización imprecisa (no necesariamente dolor), alteraciones en la respiración, síntomas gastroentericos (vómitos, diarreas) achacables comúnmente a “algo que comió”, etc. Más allá de las vacunaciones anuales ¿Qué debe hacerse al respecto para resguardar la salud y evitar sufrimientos innecesarios? A cierta edad se debe ver al carnívoro como un paciente potencialmente geriátrico siendo aconsejable someterlo a un examen clínico inicial del cual puede derivarse a métodos más específicos de diagnostico. La clave de la salud es la prevención y no esperar a la aparición de un cuadro patológico para tratarlo. Tomemos un ejemplo que justifique la prevención: por la especial característica de la saliva del carnívoro, el contenido de calcio y otros minerales en el agua se produce un material calcáreo que se adhiere a la dentadura provocando mecánicamente inflamación y retraimiento de la encía con el consecutivo aflojamiento de las piezas dentales. Este fenómeno lo vemos en cualquier deposito donde se hierve agua, sus paredes se cubren con este material. En los carnívoros este sarro cobija una flora microbiana cuyas toxinas lesionan a órganos distantes, principalmente corazón y riñones. Es un axioma: los perros y gatos con sarro dental son los primeros candidatos a ser pacientes cardiacos. Aun más, las lesiones de la mucosa oral y encías producen halitois (mal aliento), haciendo intolerante en muchos casos el olor que emana en cada espiración. Esta cadena de eventos nocivos y desagradables, se evitarían con una destartarizacion manual o con ultrasonido. Una buena alimentación sienta las bases para una buena salud, esto se logra con alimentos balanceados de buena calidad o con apropiados alimentos preparados en casa, sin caer en la tendencia de dar “de todo” (alimentos para humanos y bocaditos). Lo aconsejable es no alternar, se debe decidir entre un método u otro. El bienestar del engreído responde a otros factores complementarios: debe hacer ejercicio, no mantenerlo confinado en ambientes cerrados todo el tiempo, esto tiene mayor importancia para animales de raza grande o animales de cacería que deben ejercitar su musculatura y eliminar sus depósitos de grasa, de lo contrario sobreviene la obesidad con todos sus efectos negativos. Por último y no menos importante: el régimen de evacuaciones (micción, defecación) debe ser oportuno y con la frecuencia requerida. Toda retención prolongada de estas excreciones, irá a la larga en detrimento y acortamiento del curso vital. Últimos temas en esta categoría:
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